¡Que horrible ir al Gym!
Hola nuevamente, me agarro la flojera y deje un poco de lado el blog, pero ya estoy retomando otra vez, al final es más difícil retomar cuando no te dignas a intentarlo…
Hace un poco más de un mes me inscribí en el gimnasio Sportlife que se encuentra en el Líder del sector sur, bastante caro para mi gusto, pero queda muy cerca del departamento por lo tanto no tengo que gastar ni en locomoción, ni en tiempo, así que en balance tiene más pros que contras. Es la primera experiencia que tengo yendo a un gimnasio de este estilo y era sólo para conocerlo ya que pagué por un solo mes.
Este gym incluía todas las clases, las máquinas, los baños y la posibilidad de ir las veces que quisieras al día por la mensualidad que pagas, como gimnasio de cadena todo es de buena calidad, máquinas de marca reconocida, profesores con licencias, un programa de evaluaciones y un diseño de entrenamiento cada cierto tiempo para ir alcanzando tus objetivos.
La primera evaluación que tuve me dejo muy triste, con una balanza y un plicómetro me pesaron, sacaron la masa magra, el porcentaje de grasa muscular y como resultado final, estaba obesa… pésima primera evaluación, sin embargo de acuerdo a mi objetivo de bajar el porcentaje de grasa, me hicieron una rutina de fuerza donde trabajara el cuerpo completo, tren inferior, superior y abdominales, mas una rutina de cardio de baja intensidad (que nunca hice).
La rutina estaba bastante buena, trabajaba todo mi cuerpo ¡pero era tan larga! solo los ejercicios de pesas me ocupaban una hora y media, más los 30 min de cardio que debiese hacer, eran 2 horas de gimnasio diarios… creo que es lo primero que aburre de estos lugares, todo el tiempo requerido y la misma rutina todos los días.
Ir entre 3 a 5 veces a la semana también empieza a quitar las ganas, sobretodo cuando no tienes el hábito del gimnasio, puede hacerse cuesta arriba cambiarse de ropa, ponerse zapatillas y salir, en especial cuando eres tan flojo como yo, pareciera que la casa te obliga a quedarte, platos por lavar, ropa por lavar, almuerzo que hacer, televisión por ver, etc… todas cosas muy importantes que van quedando relegadas cuando pasas 2 horas en el gimnasio todos los días. A parte cada vez que vas caes en el terrible mundo de las comparaciones, estas entre aquella mujer que pareciera que no le cuesta hacer ningún ejercicio, tiene un poto de pelicula y mas encima es bonita, y aquella otra que la vez con todos sus kilos sufriendo y sudando tanto que te llega a cansar; tu misma te ves al espejo y te pillas en la media, haciendo algunos ejercicios bien pero sufriendo con otros y roja como una jamonada…
en fin, yendo todos los días te fijas que la bonita se empezó a juntar con los musculosos y la mujer sufrida nunca más fué… y a mí, me quedaba la segunda evaluación y última antes que acabe el mes pagado, nuevamente balanza y plicometro y ¡sorpresa! subí un kilo y baje un pequeño porcentaje de la grasa… estado final “obesa”...
Sólo me quedaba una semana y decidí aprovecharla al máximo, ya que no volveré a ir hasta marzo, o quizá hasta mediados del próximo año, y esta última semana, con el gimnasio ya conocido por todos, con unas cuantas promociones a cuestas, ya cada vez esta mas lleno, cada vez es mas dificil o mas lento seguir las rutinas como corresponde, las máquinas tienen filas y todo el lugar huele a sudor, supongo que debería habérmelo imaginado ya que es el único gimnasio del sector sur, y cada vez habían más personas de mi trabajo, o sea, ni siquiera después de la hora dejabas de verlos, y sudada, hedionda y roja como jamonada, ¡pero que verguenza!
Bueno, esa es mi experiencia, si tienes algo que agregar o quisieras compartir la tuya, deja tu comentario!
Sean felices 🏃
Aranxa
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